7/10/13

Gracias y adiós.

Y simplemente terminó. Muchas gracias por todo. 
Simplemente ya no puedo más. No voy a dejarlo nunca, porque me hace feliz, pero no puedo seguir haciéndolo del mismo modo.
No puedo escribir más fanfics, no puedo inventarme mil historias en la cabeza con personajes que no conozco a fondo, no puedo suponer más que harían frente a tal o cuál situación. No puedo más, no puedo seguir enamorada ni enamorarme de personajes que no me pertenecen. No dejaré de quererlos y no van dejar de significar un millón de cosas para mí, siempre serán importantes eso no lo dudo. Pero no puedo, porque cada vez se parecen menos a ellos mismos, cada vez se parecen más a personas en mi cabeza, a personajes que quieren un nombre y un rostro.Y es injusto fingir que no existen y querer enmascararlos, querer pretender que nada ha cambiado y que aún puedo meterme en la piel de los personajes que tanto amé una vez. Es injusto y no puedo hacerlo más, porque cada vez olvido más y más cómo se supone que deberían actuar y me concentro más en cómo me gustaría que lo hicieran.
No dejaré de escribir, jamás podría hacerlo. Lo amo demasiado, aun si ya no le dedico tanto tiempo como solía hacerlo. 
Simplemente escribiré otra cosa. 
Y esto no es algo que se me haya ocurrido de un día para otro, fue un proceso lento y casi imperceptible. Y no quería verlo, como a veces me niego a ver algunas cosas. Creí que sólo necesitaba cambiar de fandom, sólo necesitaba un cambio y un sitio donde nadie me conociera. Aunque no mucha gente me conozca, honestamente. Pero me equivoqué, la inspiración que adquirí era poca, muy poca realmente. Fue gracias a los escritos de alguien más, escritos que seguía con devoción y entonces ella se esfumó, así sin más. No hubo avisos ni nada. Sólo se fue. Aquello me destrozó, porque no fue la única que lo hizo.
Sinceramente jamás pensé en retirarme, jamás pensé en decir adiós a esto que tanta alegría, tristeza y demás me ha traído. Al principio sólo lo hacía para relajarme, para sacar todo lo que cargaba. Después de que decidí que no podía escribir más poemas esto fue lo que me quedo.
Alguien muy especial para mí me animó a publicar, aún si no era buena y no sabía casi nada de los fanfics. Tenía quince años cuando empecé a publicar mis escritos, a pesar de haber comenzado a los trece. Todavía hace un año, esperaba poder llegar a los veinticinco para completar diez años como fanficker, pero creo que es demasiado pedir.
Esto me duele, jamás piensen que no es así. Me duele decir adiós.
Pero ya no puedo seguir engañándome, ya no me hace feliz escribir así, ya no siento que escriba para mí. Es como si quisiera complacer a alguien más y no está en mis planes hacer eso. Para mí esto era una manera de ser libre, de ser yo en toda la extensión de la palabra.
Yo nunca fui una persona de drabbles, de viñetas ni mucho menos de one-shots. Era de fics largos y no es que desprecie los escritos cortos, porque los considero mil veces más complicados, pero en mi caso, simplemente no podía decir más sin llegar a ser repetitiva. No tenía ganas ni fuerza alguna para hacerlo.
Ahora puedo decir que adoro mis escritos, porque quizá no sean los mejores pero son míos y definitivamente, no son poca cosa.
Me gustaría poder seguir, porque finalmente me gusta el estilo que tengo, pero me frustra demasiado. Porque no me gustan más los personajes, porque no son cómo deberían ser, sino una versión mía, una que oculta a alguien totalmente distinto, un alguien a quien me asusta nombrar y brindarle un rostro.
Me duele mucho decir adiós, porque hay mucha gente interesante y talentosa por doquier. Y encontrado tantos escritos que son geniales, que sin dudar pagaría por leer. 
He aprendido mucho y me siento mal de dejar de hacer algo que me ha dejado tanto. Puedo decir que conocí a muchas personas en este tiempo, pero no creo que "conocer" sea el término correcto. Muchas personas me acompañaron a lo largo de este viaje, algunos sólo comentaron uno de mis escritos, otros me siguieron por un tiempo más. Al final se marcharon, porque hay una vida fuera del ordenador. Aun así siempre voy a agradecer sus palabras de aliento, sus críticas y recomendaciones, su compañía.
Gracias por todo, me gustaría nombrarlos, pero creo que está de más. Espero que sepan quienes son.
Muchas gracias también a quienes me inspiraron, probablemente no lo sepan, pero les agradezco infinitamente por ser tan jodidamente talentosos.
En fin, éste es por ahora un adiós, aunque quizá debiera ser un hasta luego.
Aun así, quiero decir adiós, sólo por si acaso, porque sé que un día he de irme y no miraré más atrás.
No quería irme sin despedirme y eso es lo único que me detiene.
Quizá esto no tenga sentido alguno para ustedes, pero no espero que lo entiendan, no ahora.
Sólo me queda decir gracias y adiós querido mundo del fanfiction.

6/10/13

Asesino

Y amo esto como no tienen una idea, porque fue lo primero que escribí y porque adoro sin duda todas y cada una de las palabras que lo componen. Aún así lamento que sea tan corto y tan incompleto.

27/6/13

Nostalgia

Me pregunto si esto es nostalgia. 
Los años pasan rápido y apenas y soy consciente de ello. 
Miro atrás y me doy cuenta de que, quizá, fui muy feliz entonces.
Miro atrás y, a veces, me arrepiento un poco por todo lo que no hice.
Miro atrás y recuerdo lo triste que estaba.
Miro atrás y me da miedo volver a sentirme así.
Miro atrás y me digo, a mí misma, de haberlo sabido antes, quizá, sólo quizá...todo hubiera sido más sencillo; hubiera sido más feliz.
Miro atrás y añoro regresar a ese lugar, porque todo era tan sencillo y yo era tan feliz.
Me pregunto si es nostalgia querer mirarte a diario.
Me pregunto si lo es extrañarte tanto, extrañar lo que fuimos.
¿Lo es sentirte tan lejana cuando antaño estuviste al alcance de mi mano?
¿Lo es sentirme tan sola aun estando a tu lado?
Extraño tus costumbres, tus sonrisas, tus palabras. 
Tus silencios, tu risita nerviosa, extraño esa comodidad que siempre estaba presente.
Esos gestos insignificantes que me hacían sentir tan bien.
Extraño poder decírtelo todo sin sonar ridícula o egocéntrica.
Tengo miedo ¿sabes?
Miedo de perderte, de no querer mirarte nunca más, de olvidar la razón por la que te quiero.
De sentirme enferma de tu presencia, de tener que esconderme de ti.
Estaré yo mal ¿acaso?
Porque los años pasan tan velozmente, que apenas y me he dado cuenta de ello.
Y te extraño cada vez más.
Porque trato de alcanzarte desesperadamente, pero no puedo. Ya no más.
Dije que aguantaría, dije que sería fuerte.
Pero no puedo.
No a ti, nunca a ti.
¿Qué pasará el día que los temas de conversación por fin se agoten?
¿Qué sucederá cuando lo único que nos una sea un pasado en común?
Y ya no siento que te conozca. No creo saber mucho de ti.
Sólo sé que te extraño. Mucho, mucho.
¿Es acaso nostalgia o sólo mi melancolía?
Y la ciudad entera parece llena de memorias, de palabras que parecen haber sido dichas hace una eternidad.
Mi memoria parece fallar porque no fue hace tanto ¿verdad?
Me pregunto si es egoísta quererte sólo para mí.
Y siento que he vivido un montón, porque todo parece haber pasado hace tanto.
Me pregunto si lo es nostalgia esto que estoy sintiendo.
Mirar hacia atrás y decir 
"Eh, te echo de menos."
Por alguna razón, siempre es más fácil estar triste. Sobre todo cuando se trata de esa tristeza real y no hastiante, de esa que no es cómoda, de esa que no es miedo, enojo o alegría, de esa que no finge y que se va llorando o simplemente no se va.
Siempre es más fácil estar triste, aunque sólo sea una mentira.

26/6/13

Y entonces se me ocurrió, que quizá, sólo quizá, 
no soy una de las personas favoritas de mis personas favoritas.

11/6/13

Y no conozco tu nombre, no conozco tu rostro, nunca he intercambiado más de mil palabras contigo, no sé cómo es tu voz. Desconozco tu edad, tu estatura, tu lugar de residencia, tu lugar de origen. Desconozco las cosas que te hacen sonreír, lo que te hace feliz. No sé qué te gusta, ni qué te disgusta. Ignoró si tienes alguna razón para ser feliz o si te sientes sola o triste.
Pero quiero decirte gracias, a ti, a quien no conozco. 
Gracias, porque aún sin darte cuenta hiciste mucho por mí.
No te conozco, no me conoces, pero de todos modos ¡Gracias!
Y espero que, dónde quiera que estés, puedas sonreír ser feliz
.

10/6/13

"Si pudiera cambiar algo en mi vida, probablemente, lloraría menos y sonreiría más."

Acaso

¿Cuánta gente va por ahí sientiéndose sola? ¿Cuánta gente en verdad lo está? ¿Cuántos jamás lo han estado y aún así se sienten así? ¿Habrá alguien que, a pesar de estar solo, se sienta tan acompañado y feliz?
¿Cuántas veces me he negado a ver el mundo? ¿Cuántas veces, pensado que nadie me comprendía o se esforzaba por hacerlo, me negué a ver los esfuerzos que hacían por acercarse a mí, por acompañarme? ¿Cuántas veces me encontré con personas que se sentían exactamente igual a mí y las ignoré, siendo que yo misma decía que cuando encontrara a alguien así probablemente sería feliz? ¿Cuántas oportunidades perdí sólo por estar dentro de mí misma y ahogándome en un vaso de agua?
¿Cuántas lágrimas he derramado sintiéndome sola e incomprendida? ¿Cuántas veces más seré capaz de ignorar a todos y perderme en mí misma? ¿Cuántas veces dije nadie me conoce incluyéndome a mí misma dentro de ese nadie? ¿Cuántas veces me dije "no eres real" para conseguir creérmelo? ¿Por qué en lugar de sentirme poco especial, me siento increíblemente acompañada y aliviada cuando encuentro a alguien que piensa exactamente lo que pensé o estoy pensando?
¿Por qué tuvo que pasar tanto tiempo para que un "te quiero" o un "te entiendo" me sonaran reales y no como asquerosas mentiras?
Si con una palabra, si con una acción puedo cambiar algo, 
si puedo curar aún sin ser consciente de ello,
si puedo tocar a alguien de alguna manera, 
si logro consolar, o cerrar una herida,
si puedes ver luz en medio de la oscuridad,
si puedo robarte una sonrisa,
¿acaso no vale la pena intentarlo?

A un desconocido.

Temo olvidar mi promesa, temo que esto jamás llegue a ti.
Pero eres eso, sólo un desconocido.
Pero ¡Oh, cuán importante eres! ¡Cuán vital fuiste!
Y quizá en lugar de ser sólo un desconocido eres varios, porque puedo conocer tu rostro y tu nombre, pero no a ti. Jamás hemos intercambiado palabra ni te he visto en persona. Me temo decirte que no soy de esas personas que pueden creer que te conocen, porque sé que no lo hago. Porque dentro de toda esta mentira, me asusta descubrir la verdad. No te conozco, aunque a veces me gustaría creer que sí.
No te conozco pero te debo tanto.
Y eso me lleva a recordar porque estoy escribiendo esta carta. 
Sólo es un gracias, sólo eso. 
Porque soy más bien simple, aunque me guste complicarme. Y soy torpe con las palabras, aun si disfruto de fingir que no es así.
Quizá esto va para dos desconocidos, uno del cual conozco su nombre y apellido, del cual he memorizado su rostro y su voz; el otro, el otro me ayudo a conocer al primero, aunque realmente no creo haberlo hecho nunca, me ayudo a apreciarlo, a admirarlo. De este desconocido ignoro el nombre, el rostro y el apellido, no he intercambiado con él más de quinientas palabras y sus respuestas jamás han sido directas, o quizá sí, pero jamás me dirigí a él, no de manera directa. Pensarás que es confuso, y lo es. Como te he dicho, tengo un gusto por hacer más complicadas las cosas de lo que son.
¿Adivinas quién es el primer desconocido?
El primero eres tú. Y el segundo, bueno, el segundo me marcó de una manera difícil de describir y me regreso un gusto que creí perdido, un anhelo que pensé se había extinguido. Justamente igual que tú, pero de una manera más sutil.
Y si soy honesta, debería incluir a un desconocido más, uno que logró cautivarme muchísimo, pero por el cual no podía evitar sentirme triste y frustrada. Porque siempre fui consciente de que no lo conocía y de que jamás llegaría a hacerlo. Este desconocido llegó a mi vida muchísimo tiempo antes de que supiera de tu existencia, cosa rara ya que es un poco menor que tú. Por mucho tiempo escucharlo fue lo que me mantuvo aquí, lo que me hacía feliz, lo que apartaba la amargura y el dolor, aunque a veces era lo que conseguía atraerlo. Pero en ese tiempo era eso lo que quería.
Ahora sueno como una persona triste ¿no es cierto?
Pues en ese tiempo lo fui, en ese tiempo no podía sonreír sin sentirme dar arcadas y no había razones reales para que lo intentara.
En ese tiempo sólo quería sentir. Y a través de él fue que pude reír y llorar. A través de él pude sentirme viva, aunque fuera sólo un poco.
Fui una persona triste y quizá aún, algunas veces, lo sea. Aun así espero que tú jamás te hayas sentido así de triste. Aún así espero que jamás hayas pensado en "esa" como la solución definitiva. Porque me sentiría muy triste, no puedo culparte ni reprenderte, pero si me sentiría curiosa.
Pues bien, ese desconocido me trajo mucha dicha y mucha tristeza, pero valía la pena, aunque todavía no fuera capaz de sonreír. Esa persona siempre va a formar parte de mi vida, y quizá su impacto debería ser comparado con el que causaste tú en mí. Pero no sé, no tengo la respuesta ahora.
Me pregunto si dentro de unos años aún sonreiré al escuchar su voz, me pregunto si en algunos años aún logrará conmoverme hasta las lágrimas.
¿Me estoy desviando mucho?
Si es así lo lamento, pero no puedo evitarlo, me gusta divagar demasiado.
Como ya te lo he dicho, soy torpe y también algo descuidada. Pero sobre todo desordenada, al menos respecto a mis ideas. Escribo las cosas tal y como vienen a mi mente, pero estoy tratando de ser honesta. Lo más honesta posible.
Pues bien, en algún momento te encontré, o bueno, llamaste mi atención con esa sonrisa tuya. Y no me he arrepentido de haberte mirado nunca. Y no creo hacerlo. Porque las cosas no hacía nada más que alargar mi permanencia en este sitio, pero ninguna era lo suficientemente buena como para convencerme definitivamente.
Pero con tu "llegada" las cosas comenzaron a cambiar, o quizá mi memoria me esté jugando una broma, pero al menos así lo veo ahora al mirar al pasado.
Quizá ahora te preguntes qué es exactamente lo que te estoy agradeciendo.
Bueno, resulta que todo radica en lo que hacía cada vez que te veía. ¿A que no adivinas qué? ¡Pues sonreía!
Así, natural, sin arcadas y sin nada. Espontanea y real. Y se sentía muy bien.
Aunque suene raro, te agradezco esa sonrisa tan hermosa que tienes.
Porque para mí no fue una común y corriente, fue la más bonita del mundo. La única que no parecía una mentira. Aunque quizá lo fuera, pero no me gusta pensar en esa posibilidad. 
Quiero creer que aunque no te conozca, por lo menos conozco tu sonrisa.
No era una sonrisa común, era una de esas que aparecen de pronto y que no puedes evitar corresponder. 
Quizá, te preguntes qué tiene de especial tu sonrisa.
Verás, simplemente es una sonrisa tan...tuya. Una que no puedes encontrar en cualquier lugar, o al menos eso creo. De esas que son el mejor maquillaje, la mejor medicina y la mejor recompensa luego de un día ajetreado. Era una de esas que te hacen contener el aliento, o mejor dicho, de esas que te quitan el aliento. De esas que  son hermosas por lo amplias que son, de esas que pueden ser comparadas con la del gato de Alicia, que parecen tan inocentes como las de cualquier chiquillo. De esas que hacen lucir a la gente mucho más joven de lo que realmente es. De esas sonrisas que te hacen sentir un calorcito en el pecho y te hacen dar cuenta de que te estabas helando. No era una sonrisa común, era una tan contagiosa, tan cálida, tan única que mis labios se curvaban hacia arriba. Y ya sabes, era una de esas sonrisas que capaces de detener el tiempo, de esas que parecen eternas y que aún así deseas que duren un poco más.
Querido desconocido, espero que puedas entender un poquito esto. Con todo y lo torpe que es. Porque precisamente esa sonrisa tuya fue lo que me llevo a buscarte por doquier. Me gustaría conocerte, pero me asusta. No me malentiendas, no creo que seas mala persona o algo así. Una persona mala no podría sonreír así.
Bromeo, no creo que haya algo así como malas personas.
Sé que eres una persona y eso me basta. Me basta con saber que eres real y que sonríes en algún lugar, aunque yo no pueda verlo.
Entonces, creo que no tengo más que decir. Sólo gracias, gracias por poseer la sonrisa que tanto necesitaba y por mostrarla tan abiertamente.
Gracias por ser tú. Y espero, dónde quiera que estés, sigas sonriendo así radiantemente.
Y lo siento si te causo alguna incomodidad. 
Pero no podía seguir siendo sólo una desconocida. Ahora soy una desconocida conocida o algo así.
Al menos creo que lo justo es que conozcas mi nombre, mi apellido y mi rostro. Y creo que es justo que también sepas porque mi interés en que sepas esto.
Eso sería todo de mi parte, y como te he dicho.
Esta es una promesa, una que no quiero olvidar.
Una que cuando llegue el momento voy a cumplir.
Y aún si no es así, si llego a olvidarla, si llego a romperla. Aún así seguirás siendo una parte importante de mi pasado, de lo que fui y de lo que soy.
Por eso ¡muchas gracias!

28/5/13

Sólo quiero decirte "Gracias" así sin más. 

23/5/13

Es la primera vez que escuchó un "yo te entiendo" y no me suena a mentira.
Es la primera vez que se me escapa un "te quiero" sin pensar una y mil veces, sin realmente considerarme cercana a esa persona.
Es la primera vez que un abrazo me hace sentir tan bien.
Es una de esas pocas veces en las que agradezco infinitamente haberme encontrado con alguien.
Es la primera vez que escucho a alguien describir exactamente la manera en la que me siento.
Es la primera vez que las palabras no parecen mentiras.
Es la primera vez que un "te quiero" parece una verdad y no sólo algo que me dicen para quedar bien, para obligarme a hacer algo.
Es la primera vez que puedo hablar durante un abrazo.
Es la primera vez que algo tan tonto me parece tan tierno.
Es la primera vez que no me siento sola.
Y es la primera vez que me muero por gritar "gracias" sin razón aparente.


A ti.

Si algún día te sientes tan solo. 
Si algún día te sientes tan falso, tan irreal. 
Si en algún momento te sientes tan inútil.
Si en algún momento te cuesta sonreír o te sientes dar arcadas al hacerlo.
Si crees que nadie te entiende.
Si crees que nadie te nota.
Si el miedo te paraliza.
Si sientes ganas de no hacer nada.
Si sólo quieres dormir y jamás despertar.
Si algún día piensas en perderte en ti mismo, en renunciar a la realidad. 
Si llegas a verlo todo tan gris que la muerte parece la única salida.
Si te pierdes en vicios inútiles, sólo para no pensar, para evadir.
Si te sientes tan encerrado, tan cansado.
Si crees haber caído y no tienes más ganas de levantarte.
Si te sientes tan desconsolado, tan abandonado.
Si la opresión en tu pecho no desaparece.
Si cada minuto sientes que es más difícil contener el llanto o si, por el contrario, es éste tan natural que ya ni siquiera eres consciente de él.
Si aquello por lo que hubieras dado todo ya no es suficiente.
Si nada te hace feliz.
Si te sientes tan poco importante, tan insignificante.
Si crees que eres invisible o que te esfumarás si nadie te mira.
Si por fin te cansaste de complacer a los demás, de ganar su cariño y atención con acciones.
Si al mirarte en el espejo sientes asco de ti mismo y te llamas patético.
Si nunca nada es suficiente.
Si estás cansado de tanto esfuerzo y ninguna palabra de aliento.
Si todo parece inútil o carece de sentido.
Si ya nada logra pintarte una sonrisa en el rostro.
Si la risa se convierte en una respuesta automática y sabe a mentira.
Y si aquello que solía hacerte tan feliz ya no lo hace más.
Si a tu alrededor todos parecen tan felices y te parece tan injusto, o si, por el contrario, todo parece desmoronarse.
Si ya no puedes ni sostenerte.
Si ya no quedan más lágrimas, o si ya estás tan hastiado de ellas.
Si tu boca se abre en un grito silencioso y te cuesta respirar.
Si te ahogas entre lágrimas y no ves más que dolor.
Si ya no tienes nada porque luchar.
Si tus sueños, aquellos que forjaste con tanto amor, ya no valen nada y parecen cadenas.
Si todo y todos no te parecen más que asquerosas mentiras.
Si vives todo el día perdido en sueños que sabes nunca harás realidad.
Si algún día ya no quieres querer a nadie.
Y si llegas a sentir que ya nadie te quiere.


Ven aquí, sólo ven.
Todo estará bien, yo te entiendo.
Todo estará bien, todo estará bien.
Sé que duele, y no dejará de hacerlo, no ahora. 
Pero sí un día.
Así que ven, ven aquí.
No lo olvides, no estás solo.
Estoy aquí, y duele.
Pero debes seguir adelante.
Te quiero, a ti yo te quiero.
Así, sin razón, sólo por ser tú.
No necesitas hacer nada.
Sólo nunca lo olvides, no estás solo.
Yo te entiendo.

21/5/13

¿A dónde me llevan mis pasos?
No sé, siento tanta incertidumbre y tanto miedo. 
Pero no quiero dejar mi camino.
No ahora, ni nunca.

Here

No voy a desaparecer si nadie me mira, 
no dejaré de existir aunque nadie parezca saber de mi existencia,
no voy a desvanecerme porque nadie diga mi nombre;
soy real, estoy viva y estoy aquí.
Así que aunque no digan mi nombre, tengo uno.
Aunque nadie me miré, aquí estoy.
Y, lo más importante es que, no estoy sola y jamás lo he estado.

11/5/13

Y si aún te quedan lágrimas por derramar, ven a mí. 
Abrígate en mis brazos y deja salir tu dolor. 
Ven a mí y déjate llevar.
No necesitas ser fuerte, sólo necesitas ser tú.

9/5/13

Sólo...

Y aquí está otra vez, asfixiante y abrumadora, desgarradora y deprimente, arrastrándola de nuevo. La voz dentro de su cabeza repite una y otra vez aquella frase, el "estás sola" y ese "no perteneces aquí" hacen eco y calan tan hondo.
Las lágrimas se deslizan por ese rostro sonriente que sólo tarda un segundo en deformarse. La boca forma una delgada línea, esa boca que hacía un segundo se curvaba hacia arriba, esa que pretendía sonreír, desganada y temblorosamente, tan hastiada.
Los ojos que pretendían mostrar un brillo que evidentemente no estaba ahí, esos ojos se ensombrecen. Vidriosos, acuosos, hinchados, rojos de tantas lágrimas, de tanto esperar. Se arremolinan tan rápidamente que apenas y puede mantener los ojos abiertos, se arremolinan tan rápidamente que no tardan ni un segundo en desbordarse.
Cada gota salada escoce y es tan fría. Una tras otra, una tras otra, ellas sólo caen.
Su boca se abre, como si le faltara el aire, y así es.
Su boca se abre, como si quisiera gritar, pero no hay grito, no hay grito. El grito se ahoga en su garganta reseca, en esa que parece querer romperse en cualquier momento.
Y llora, sólo llora.
No gime, no grita, no se queja. No puede, su voz la ha abandonado.
La ha abandonado como todos lo han hecho.
Como cree que lo han hecho.
Como siente que lo han hecho.
Aun con tantos a su alrededor, se siente tan sola. Aun con tantos diciendo lo contrario, está tan sola.
Se ha abandonado a sí misma.
Su rostro se contrae de dolor y sonríe.
El paladar se inunda de mentira, y se siente dar arcadas. Sólo hay llanto y más llanto, pero nadie a quien engañar. Nadie que pueda creer semejante mentira.
Y está tan cansada, tanto, tanto.
Se hace un ovillo y se abandona un poco más.
Se sumerge en el sueño y deja de pensar.
Huyendo de todo, huyendo de todos.
Sólo duerme y duerme.
Sólo llora y llora.

4/5/13

Soledad

De pronto me sentí tan insólitamente acompañada, que descubrí que todo este tiempo me percibí irremediablemente sola, aún siendo consciente de que no lo estaba.
Mi sentimiento de soledad mutó, de alguna forma, lo descubrí ya no diluido en tristeza, ya no intenso y abrumador, ya no asfixiante. Sutil, sutil, tanto que no me daba cuenta de que estaba ahí.
Pero esa compañía, tan profunda, tan ajena que se iba clavando en mi pecho no se fue del todo. Y mi preciosa y odiada soledad se fue o quizá se quedó escondida. Compartiendo mi corazón maltrecho ambas se quedaron, sosteniéndolo, abrazándolo, agitándolo.
Quizá me volví egoísta, quizá siempre lo fui. Pero egoísta o no, ahora mi prioridad es encontrarme a mí misma, ser yo y nada más; si me gusto o no, no importa, porque soy yo y eso es lo que vale.

18/3/13

Costumbre

Y ellas caen, casi sin querer. Frías, amargas; sin razón aparente.
La sonrisa sabe mal. Pero no hay llanto, no hay sonido alguno.
Sólo caen, una tras otra. Y caen, caen y caen.
No hay gimoteos sólo silencio. Asfixiante y confuso.
Tan solo. Tan vacío. Tan mío.
Sólo hay mentiras y lágrimas.
Y la verdad duele, casi tanto como la mentira.
Quizá, sólo quizá... 
esté llorando por costumbre.

17/3/13

Tantos años sintiéndome sola no me han dejado disfrutar la dicha de tenerme a mí misma.

Máscara.

Es incómodo, porque siempre estuvo ahí.
Es triste, porque jamás podrá hacerme feliz.
Es tonto, porque mi "yo ideal" no me pertenece, no es mío y no es lo que quiero. Es lo que pensé que querían de mí.
Y son tantas cosas que calan hondo en el pecho.
Tantas mentiras. Tanto tiempo perdido.
Todo por una máscara. Una que ni siquiera era consciente de que poseía.
Y es duro ver mi rostro desnudo.
Es confuso, no reconocerme a mí misma.
Falta mucho, aún falta mucho para que la máscara termine de caerse.
Pero mientras tanto, recuperé mi sonrisa, esa que no es fingida, esa que no me asquea.
Mientras tanto lloro y rió, porque estoy más viva de lo que solía estar.
Mientras respiro libertad, aunque sea sólo de a ratos.
Y a veces las lágrimas caen, como si no fueran mías.
Y a veces la risa se apaga.
A veces me repugna el mundo entero.
A veces quiero huir.
Pero no lo haré, porque falta poco.
Y cuando caiga, quizá no me guste el resultado.
Pero que liberador es no tener que fingirse perfecta.

3/3/13

Sonrisa

Una sonrisa temblorosa adorna sus labios, y sabe mal, tan mal. No es como esas veces en las que está tan nervioso que no puede mantenerse quieto; no tiene porque sentirse así, simplemente es incómodo. Y el sabor a mentira le inunda el paladar. Traga con dificultad y trata de mantener aquella mueca. Las comisuras de su boca son jaladas hacia abajo, incapaces de mantener sus labios curvados. Y es incómodo, tan incómodo. Tan amargo.  Tan antinatural. 
"Respira profundo y sonríe" se repite, pero no tiene sentido. Aquella mueca absurda no engaña a nadie, aunque, quizá, no haya nadie a quien engañar.
Tan falsa. Tan patética. Tan absurda como su actuación.
Pero aún así es una sonrisa ¿verdad?
Una repulsiva, pero lo es y eso es lo que importa.

Alas

Le quería, le quería tanto.
Cada mañana le veía pasar, veloz y despreocupado.
Era como un sueño, tan inalcanzable y hermoso.
Su piel inmaculada, tan suave e increíblemente pálida. 
Tanta blancura contrastaba con la negra vestimenta.
Y le veía pasar.
El viento le golpeaba el rostro, pero él amaba esa sensación.
Su cabello se alborotaba, pero aquello le hacía lucir más despreocupado.
Y yo le amaba así.
La velocidad le enloquecía.
Aspiraba libertad.
Buscaba olvidar.
Y yo le veía.
Le veía y le amaba.
Libre y veloz.
Era una mentira andante y rápida.
Deslizándose de aquí a allá sin ser realmente visto, así se fue clavando en mi pecho.
La chaqueta negra y desabrochada ondeaba, ondeaba tan hermosamente. La palidez hermosa contrastaba.
Y, si no te fijabas bien, parecían alas. Alas negras y torcidas, deshilachadas y rotas.
Como estaría su alma seguro.
Pero lo amaba con todo y su espíritu destrozado.
Y corría, casi volaba.
Le amé, le amé mucho, sobre todo aquella vez.
Él volaba y gritaba "Adiós" a cada metro que avanzaba y el sonido quedó grabado en mi mente.
Aquella vez yo también le vi pasar.
Vestido de negro, veloz y despreocupado.
Al menos en apariencia.
Se estampó contra aquel muro que tanto le gustaba observar.
La motocicleta se hizo añicos y él...
¡Oh él! ¡Nunca lució más hermoso!
Alas deshilachadas y rotas, negras y sombrías, resaltándo sus preciosas facciones, facciones angelicales, y su piel tan pura, tan preciosa, lucía más pálida con aquel contraste rojizo.
Y aquella vez, si respiraba libertad.
Aquella vez exhaló tristeza por última vez.
Y le amé, le amé mucho mientras le veía partir.

27/2/13

Y no la buscaba a ella, sólo buscaba ese sentimiento.
Un lugar a dónde regresar.
Un lugar al que pertenecer.
Y soy feliz con mirarte.
Con encontrarte.
Con no hacer nada
...y ser feliz.

17/2/13

Un día preguntarán "¿Cómo estás?" y podré contestar sin que me sepa a mentira.

11/2/13

Y...

Y duele que sonría, porque está lejos y no sé cómo llegar a ella.
Y duele porque no sé cómo alcanzarla.
Y duele porque me asusta.
Y duele por el simple hecho de doler.
Y duele porque es más fácil que duela a que moleste.
Y es incomodo y frustrante porque quiero alcanzarla desesperadamente. 
Y no es ella a quien realmente busco alcanzar.
Y duele porque quiero olvidarle casi tanto como le quiero a mi lado.
Y es aterrador.
Y busco remplazarle.
Y duele, porque no sé qué más sentir.

Y entonces te sientes como el más grande mentiroso, sin tener pruebas siquiera. Pero lo sabes, y quizá por eso lo seas.

A veces

Y a veces caen, casi sin razón, sin cesar.
Una tras otra sólo caen.
Y la sonrisa flaquea y todo parece tan asfixiante.
De nada sirve el no llores; no tiene sentido.
Y a veces caen, sin razón aparente,
y la sonrisa radiante sabe mal,
y la mentira y la verdad se entremezclan.
A veces caen cuando sientes que le quieres,
cuando sientes que le odias,
a veces caen sólo porque sí.
Y de nada sirve "¿el qué tienes?",
viene sobrando el "¿por qué lloras?"
No hay razón, aunque sí la haya.
Y las lágrimas caen, casi sin valor,
pero ¿realmente tienen alguno?
Los labios forman una línea recta,
la mirada se oscurece,
nada queda de aquel semblante feliz,
no hay rastros de risa, de alegría.
No hay "te quiero",
no hay palabra alguna.
Pero hay muchos "quiero"
y otros tantos "no tengo".
A veces caen, como si fuera algo natural,
sin importancia,
sin valor.
A veces caen cuando la noche llega,
a veces cuando estás solo, 
y a veces caen.
Y últimamente me intimida observar la hoja en blanco.

31/1/13

Y es uno de esos días en los que me siento irremediablemente inútil.




Ella

La estoy buscando, aunque sé de antemano dónde está.
La estoy buscando en alguien más.
La estoy buscando, la estoy buscando y no la encuentro.
Es aterrador, tan aterrador.
No sé dónde está y lo sé perfectamente.
Y quiero alcanzarla, pero me asusta tocarla.
Quiero atarla y lo sé.
Y es tan confuso.
Quisiera olvidarla, quisiera remplazarla.
Pero no es ella, ninguna lo es.
Cuando  la olvido o parezco hacerlo, de nuevo aparece.
Como una cadena, me ata a su lado.
Y es tan dulce, tan dulce.
Pero es tan confuso y aterrador.
Y le quiero por lo que es y por lo que no es.
Y le adoro cuando sonríe, cuando habla, cuando calla.
Le adoro cuando lo llena todo con su presencia.
Cálida, tan cálida y tengo tanto frío.
Le quiero, le quiero tanto que duele.
Y está lejos, tan lejos.
Aún a mi lado no la alcanzo.
Tan cercana y lejana.
La estoy buscando aquí y allá, pero no está en ningún lado.
La estoy buscando, porque la quiero a mi lado.
La quiero a mi lado, quiero atarla a mí.
Que no se vaya, que no se aburra, que no cambié.
Y es egoísta y confuso.
Y es extraño y torpe mi sentir.
Pero le quiero, le quiero conmigo.
La estoy buscando aquí y allá, pero ninguna es ella.
Nadie iguala su sonrisa, aunque no la ame por ella.
Nadie iguala sus silencios.
Nadie iguala su mirada que dice tanto y a la vez nada.
La quiero, la admiro, la adoro.
La quiero así como es, tan simple y complicada.
Tan torpe y soñadora.
Extraña y ambiciosa.
Tan íntima y tan ella.
Egoísta y mandona.
Tierna y cariñosa.
Y me asusta caer, me asusta alejarla.
Pero se va, se resbala entre mis dedos.
Y cuando siento que la he perdido viene otra vez y me llena.
Parece la respuesta a cada cosa, pero no es.
Me da todo y no me da nada.
Ella no es él.
Y nunca lo será.
Y ella es tan importante y se aleja tanto.
Pero a la vez está tan cerca.
Y a él le perdí de maneras que ni yo entiendo.
Pero ella está en todas partes tan cálida, tan latente.
Y la busco por doquier, porque no es una estrella, no es un sueño.
Porque no es lo que necesito.
Pero es ella.
Y ella es ella.
....y él se marcho, sin siquiera irse.
Y no es lo mismo y no lo será.

12/1/13

¿Qué puedo tener yo que nadie tenga?
¿Qué puedo ofrecer yo que nadie ofrezca?
¿Por qué he de despertar yo tu curiosidad?


Eres tú

Tú, tú y tú...

A veces pienso que la manera en la que nos conocimos fue tonta, e inusual. Realmente no tuvo sentido. Porque yo no llamaba la atención, y jamás esperé que me recodarás o que volvieses a hablarme, pero así fue.
De pronto estabas ahí y seguía sin importar, pero eras lindo y aparentemente confiabas en mí.
Y de pronto eras mi amigo, aunque ni yo comprendiera exactamente lo que aquello implicaba.
¿Tuve amigos antes? No sé, amigas sí, pero jamás fueron tan importantes.
Y tú eras el único y de pronto tenía un lugar en el mundo.
Un lugar en el que podía sentirme cómoda y feliz.
Y sólo los tenía a ustedes. Me esforcé, me he esforzado mucho, con ustedes, contigo.
¿Habré fallado alguna vez, luego de aquello?
No sé, espero que no. 
A ella, a ella sí que le fallé, le he fallado mucho. Soy egoísta ¿sabes?
Aunque parezcas creer que tengo las cualidades de un perro.
No las tengo. 
Y me escondo, me escondo mucho y lastimo, lastimo demasiado a quienes me quieren, a quienes quiero.
Ella solía creer que yo era una buena persona, yo solía creerlo, pero no lo soy, sólo soy yo.
A veces tengo miedo, demasiado.
A veces me asusta que descubras como soy cuando estoy...eras como mi hermanito ¿sabes?
Nunca quise que vieras mi yo asustadizo, mi yo antisocial, mi yo egoísta; pero a estas alturas debes al menos haberlos vislumbrado ¿no?
Van seis años, más o menos, desde que nos conocimos.
Tus lágrimas en algún momento calaron muy hondo, y quise consolarte, quizá ese fue mi primer error.
Yo nunca te importé demasiado y era consciente de ello, pero no importaba, porque sabía que le querías de distinta manera.
Y a todo mundo querías de distinta forma.
O quizá sólo a mí.
Soy tu amiga y sólo eso.
Tú eras mi amigo, mi hermano y...sólo eso.
Era tan cómodo todo, tan feliz.
Debería haberse quedado así.
Te quise mucho aquella vez, fue lo más tierno que he visto.
Y no llorabas por mí, llorabas por ella.
Pero era a mí a quien abrazabas y a quien le decías que no querías que "nos marcháramos", era a mí a quien no dejabas ver tu rostro. Y llorabas y fue tan dulce.
En ese momento no dolía, porque sabía que en tus palabras había algo de cierto, porque en ese momento eras mi hermanito y nada más, porque yo también te iba a extrañar. Y sabía que era ella por quien llorabas, pero no importaba.
Me dí cuenta que eramos amigos la primera vez que dolió, porque aunque dijeras que no lo eramos el dolor me decía que yo te consideraba un amigo.
Y entonces despertó aquello, y no quiero explicarlo.
Porque probablemente ya lo sabía, porque no quiero confirmar que desde el principio fuiste todo lo que quise.
Hablar de ti a todo el mundo no es del todo normal ¿o sí?
Y suelo hacerlo a menudo, hablar de otras personas, de amigos, de gente que quiero es común.
Pero era exagerado.
Y entonces apareció él y dolía.
Y es en este punto donde debo disculparme.
Porque hubo momentos en los que sólo te quería ahí para verte herido, para verte llorar, porque no quería ser la única a la que le doliera.
Y supongo que fue ahí cuando se volvió extraño.
Buscándote por doquier, ¿era eso normal?
Y luego mi hermana mayor y sus comentarios, y mi mamá  y sus comentarios y ya no sabía que pensar.
Pero en algún punto ya no era ella, y debía ser ella y no mi hermana menor quien te gustará.
Porque era aterrador, porque eras vulnerable y era enfermo pensar en que ella tuviera...en que ella...no debía suceder.
A ti no te tocaron poemas, ni uno sólo, pero sí escritos raros, aquí y allá. Y que algunos de ellos se parecieran un poco a ti.
Y luego fuimos a la feria y...¿por qué buscaba tu toque?
Y soy demasiado empalagosa y tú me abrazabas tanto y se sentía extraño.
Y luego, cuando todo terminó...¿sabes tú cuántas veces repetí aquello en mi cabeza?
Demasiadas, pero quizá ni lo recuerdes, porque después de todo fue un accidente.
Algo que no debió pasar, y esa fue primera vez que me encontré repitiendo escenas una y otra vez.
Sólo fue un accidente, como si no hubiera sucedido antes, la imagen se repitió una y otra vez.
Y empezó a doler de es manera dulce.
Un beso en la comisura de los labios.
Ahora que lo pienso es patético y aún así, esa fue la primera vez que no paré de pensarte.
Y luego volvimos a estar juntos en la escuela y ella estaba lejos, aunque estuviéramos en el mismo salón.
Pero tú estabas ahí, como si quisieras atarme a tu lado.
¿Lo lograste?
Probablemente sí.
Y ahora era mi hermana por quien te desvivías y yo te ayudaba, hasta que empezó a doler y entonces ya no quise saber nada.
Pero estaba en medio de todo.
Y era confuso, porque todos parecían ver algo que yo no.
Y no parecíamos novios, nunca lo parecimos, pero quizá...quizá un poco de eso aumento mi ilusión.
Siempre tomé todo lo que necesitaba de ti.
Yo quería enamorarme, y quizá lo logré.
Después de todo estaba bien si eras tú.
Porque eras alguien a quien quería y de quien podía tomar todo lo que quisiera, porque no ibas a herirme.
Hay muchas cosas que no sabes.
Me hacías feliz, hiciste llevadera una de las épocas más tristes de mi vida.
Y a veces no podía sonreír y tú venías y me abrazabas como si nada.
Y me dabas cosas que no sabía que necesitaba.
Lloré mucho cuando dijiste que te irías.
Pero no te fuiste, no a otra ciudad por lo menos, pero sí a otra escuela.
Y fue triste y asfixiante.
Porque estaba tan sola y tan triste.
Y luego un año sin nada.
Y venías cuando te daba la gana y me abrazabas, me tomabas de la mano y no sé en qué rayos pensaba.
¿Desde cuándo nos tocábamos tanto?
¿Cuándo demonios dejo de ser incómodo y se volvió necesario?
Me pregunto si alguien más lo notaba, porque Mi...no, debería decir nombres ¿verdad?
Él fue el único que dijo algo de aquello, y fingí no entender.
Pero era obvio a veces.
Los abrazos son peligrosos y las palabras lindas también.
Y el estar enamorado y el que seas tú.
A veces quiero ser sincera. A veces pienso en aquella vez.
Y acurrucarse no es algo que debí hacer contigo.
Pude haberte besado aquella vez, pero tenía miedo.
Y luego tenías novia y dolía.
Y entonces se vino abajo, más de lo que ya lo había hecho.
Decepción, esa palabra no la había asociado nunca contigo, pero en ese momento ya no pude hacer más.
Te tenía miedo en ese entonces.
Y supongo que fue entonces cuando sucedió aquello.
Mi examen y esos abrazos.
Y mi corazón latiendo como loco.
Y eras tú ahí escondido.
Y mi corazón latía como loco.
Nunca había pasado antes y no volvió a suceder.
Dolía, dulce y extrañamente.
Y tuve miedo de que lo escucharás.
Y entonces apareció ella.
Y ya no importa lo demás.
Me alegra verte feliz.
Me duelen tus lágrimas.
Aquella vez quise gritarte esto, pero no era el momento.
Y ella está aquí otra vez.
Y eres feliz ¿cierto?
Y ya no te acercas ¿es eso bueno?
Y ya no me acerco.
Tengo miedo, a veces.
Porque quiero algo que no debería.
Porque sólo te quiero y ya.
Porque asusta el dolor.
A veces te abrazo y todo queda en su sitio.
A veces quiero alejarme y no volver a verte.
A veces te extraño y quiero correr a ti.
Y estás lejos, y cerca.
Tanto, tanto, tanto.
Yo no elegí quererte, aunque a veces quiero pensar que sí. Pero no luché, o sí. Pero no lo suficiente, luchaba y me rendía.
Supongo que era inevitable.
Y hay muchos "Y si" en esta historia.
Y si un día despiertas y descubres que me quieres, no de la manera en que lo haces ahora.
Y si en algún momento entiendes que aquello que creías era sólo una mentira.
Y si llega el día en que...
Pero el "y si" no nos llevará a ningún lado.
A veces duele, a veces no.
Quédate lejos, por favor.
No te acerques más.
No me abraces.
No digas más cosas lindas.
Tengo miedo, de que si lo haces no podamos ser lo que somos.
Pero no sé qué eres para mí.
No me abraces, no me digas que me quieres.
No dejes que mi corazón se hinche más, porque duele.
Y eres demasiado amable como para destrozarlo.
Y es como comer miel con alambre de púas.
No quiero ser nada. Quiero que este sentimiento se vaya.
No porque esté mal, sino porque duele.
Y duele mucho.
A veces quiero decírtelo, porque muero por saber lo que dirías, pero no lo haré.
No aún.
Y espero que nunca.
Esto es muy largo y muy tonto.
Pero un día será reconfortante o amargo.
No quiero que te marches, sólo no te acerques tanto.
Sólo deja de colarte en mi corazón.
Déjame quererte mucho, pero no me quieras.