Y amo esto como no tienen una idea, porque fue lo primero que escribí y porque adoro sin duda todas y cada una de las palabras que lo componen. Aún así lamento que sea tan corto y tan incompleto.
Jong Hyun no sabía, no sabía nada. De haberlo
sabido se habría detenido.
No sabía lo que hacía, lo que le hacía. De
haberlo sabido él jamás…Jamás.
Pero era tarde, ya no había nada que hacer.
Estaba tan mareado. Tan confundido.
Su corazón latía tan aprisa.
Y su cuerpo quemaba.
Todo a su alrededor daba vueltas.
Tiritaba y su voz se había convertido en apenas
un susurro.
Le faltaba tanto el aire, se sentía tan
asfixiado.
Las ganas de llorar y las ganas de reír le
invadían, mezclándose.
¿Qué se suponía que hiciera?
Estaba tan enfermo, tan loco.
Y era culpa de Jjong, aunque el mismo ni lo
supiera.
Le dolía terriblemente el pecho, el corazón.
Los labios le hormigueaban y se sentían tan
ajenos.
Estaba tan loco.
Porque Jjong no sabía, ¿por qué habría de saber?
Lentamente, y sin detenerse ni un momento, lo
había arrastrado hacía ese grado de malestar, de confusión.
Estaba enfermo, tan enfermo.
Las palabras dulces, esas manos sosteniendo las
suyas, esas sonrisas, las miradas cómplices, aquella voz llamándole y finalmente…
Todas y cada una de esas pequeñas y hasta cierto
punto insignificantes acciones lo habían conducido a ese estado.
Si sólo supiera, si sólo fuera lo
suficientemente valiente para decirlo.
Onew no sabía si llorar o reír, porque estaba
tan confundido, tan vivo y tan muerto a la vez.
Su corazón latía desenfrenado a la par que se
rompía en pedazos.
Y era un asesinato, uno con un asesino
inconsciente, uno que inocentemente le había reglado dicha y desgracia.
Jong Hyun lo había enfermado, para después
matarlo con un beso.
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