15/3/12

Deseo

Tengo miedo de verte, 
quiero verte,
necesito verte
deseo verte.
Quiero gritar,
muy fuerte,
"te quiero",
"Te amo",
"te extraño",
"lo siento".
Deseo esconderlo,
dentro de mi pecho,
deseo ocultarme
de tu recuerdo,
deseo olvidarte
y olvidar que te quiero.
Sólo deseo que...
mis sentimientos te alcancen 
mis palabras te alcancen.




Sorry...

Lo siento, de verdad, lo lamento. Sé que soy egoísta y que me quejo demasiado. Sí, soy una horrible persona. Te abandoné, así como lo he hecho con un montón de gente. Siempre me quejo ¿sabes?, es porque creo que la gente me abandona y se olvida de mí, pero supongo que todo el tiempo ha sido al revés, espero que me recuerden, mas no les doy razones para hacerlo, siempre espero algo a cambio, supongo. Hago por otros lo que me gustaría que hicieran por mí y doy todo de mí, con tal de sentirme merecedora de afecto y cuidados. Soy injusta lo sé, tú jamás me abandonaste, tú trataste de quedarte a mi lado, tú y sólo tú. Nunca te he dicho gracias. Perdona por alejarte, aunque dudo haber dejado que te acercarás demasiado, a ella le deje hacerlo, hasta que me abandonó. 
¿Sabes? Siempre estoy en mi mundillo, estoy entre este mundo y el mío, ausente, quizá no totalmente pero lo estoy. Alejo a todos y a quienes no, sólo los dejo permanecer un tiempo conmigo. 
Soy una pésima amiga, a pesar de que intento lo contrario. Siempre lo he sido. Perdona, entonces, porque no creo haber intentado suficiente contigo. No creo haberte dado razones para que me consideraras tu amiga, sí, me encariño fácilmente y te quiero muchísimo, sin embargo, no creo habértelo demostrado nunca. Soy fría, o eso creo, no puedo ser cariñosa, no con todos, supongo que jamás he confiado demasiado en la gente, o quizá en estos años tuve razones de sobra para no hacerlo.
Mi vida en la prepa fue increíblemente infeliz, tenía miedo, demasiado. ¿Qué haría si me expulsaban? Tenía muchos problemas, aunque realmente no fueran míos, mi vida giraba en torno a otros, en torno a mi hermana, a mi madre, a todo lo que parecía caerse a pedazos. Estaba tan deprimida, aún lo estoy. Todos parecían tan libres, tan felices, tan...distantes.
Como si hubiese un cristal entre nosotros, como si estuviese encerrada en una burbuja. Lo sentía, y lo siento, todo tan lejano. Reía, sí, hubo momentos felices, pero no los sentía reales, no creo haber reído realmente, fuera de unas cuantas veces.
Gracias, porque de todas las personas a las que llamé amigas en esos años, tu fuiste la única que realmente parecía preocupada por mi bienestar. Te preocupabas por mí a pesar de que seguramente tú la estabas pasando peor. Jamás fui, ni he sido, capaz de agradecerte por eso, aunque tampoco creo ser capaz de hacerlo. Lo lamento entonces, porque aunque estoy arrepentida, no creo poder hacer nada.
Siento que ya no hay lugar para mí en tu vida. Me lo merezco supongo. Es triste que nos hayamos encontrado en la situación que lo hicimos, pero es aún más triste que no haya sabido que decirte. 
Lo lamento me necesitabas, no, no creo que necesitarás de mí, necesitabas un amigo y probablemente esa no soy yo. 
No sé qué más debería decir. Sólo quiero disculparme y agradecerte, porque a pesar de todo, lo intentaste, trataste con ganas de estar a mi lado, trataste de ser realmente mi amiga y yo... Supongo que es parte de lo que soy. Creo que fuiste la única con quien tuve oportunidad de hablar acerca de esa sensación de no ser parte de nada, que aún conservo. Siempre en el lugar equivocado, en el momento erróneo, quizá sólo debía darme cuenta que alguien me quería ahí. 
Realmente no sé a qué quiero llegar, sólo...gracias. Gracias por todo. Me hubiera gustado que llegar a ser más cercanas, pero supongo que ahora es un poco tarde para eso. De todos modos, te deseo lo mejor. Eres una persona grandiosa y sé que lo harás bien. Perdona que sea tan torpe y cobarde, como para no decirte esto en persona, perdóname, por favor, pero no puedo evitarlo, no puedo evitar verte como una estrella distante, como la estrella que alguna vez pude alcanzar con tan sólo extender mi mano. Gracias por todo. Aunque duela, yo sé y estoy segura, de que seguirás sonriendo. Gracias por ser de las pocas personas verdaderamente amables que conozco. Y perdona si alguna vez te hice daño, por no estar ahí cuando me necesitaste, por no tratar lo suficiente.
Querida amiga, pequeña, perdona por querer dejarte atrás. Mi niña, lamento no haber sido lo suficientemente honesta contigo ni conmigo misma. Te deseo lo mejor y, por favor, sigue sonriendo.