31/1/13

Y es uno de esos días en los que me siento irremediablemente inútil.




Ella

La estoy buscando, aunque sé de antemano dónde está.
La estoy buscando en alguien más.
La estoy buscando, la estoy buscando y no la encuentro.
Es aterrador, tan aterrador.
No sé dónde está y lo sé perfectamente.
Y quiero alcanzarla, pero me asusta tocarla.
Quiero atarla y lo sé.
Y es tan confuso.
Quisiera olvidarla, quisiera remplazarla.
Pero no es ella, ninguna lo es.
Cuando  la olvido o parezco hacerlo, de nuevo aparece.
Como una cadena, me ata a su lado.
Y es tan dulce, tan dulce.
Pero es tan confuso y aterrador.
Y le quiero por lo que es y por lo que no es.
Y le adoro cuando sonríe, cuando habla, cuando calla.
Le adoro cuando lo llena todo con su presencia.
Cálida, tan cálida y tengo tanto frío.
Le quiero, le quiero tanto que duele.
Y está lejos, tan lejos.
Aún a mi lado no la alcanzo.
Tan cercana y lejana.
La estoy buscando aquí y allá, pero no está en ningún lado.
La estoy buscando, porque la quiero a mi lado.
La quiero a mi lado, quiero atarla a mí.
Que no se vaya, que no se aburra, que no cambié.
Y es egoísta y confuso.
Y es extraño y torpe mi sentir.
Pero le quiero, le quiero conmigo.
La estoy buscando aquí y allá, pero ninguna es ella.
Nadie iguala su sonrisa, aunque no la ame por ella.
Nadie iguala sus silencios.
Nadie iguala su mirada que dice tanto y a la vez nada.
La quiero, la admiro, la adoro.
La quiero así como es, tan simple y complicada.
Tan torpe y soñadora.
Extraña y ambiciosa.
Tan íntima y tan ella.
Egoísta y mandona.
Tierna y cariñosa.
Y me asusta caer, me asusta alejarla.
Pero se va, se resbala entre mis dedos.
Y cuando siento que la he perdido viene otra vez y me llena.
Parece la respuesta a cada cosa, pero no es.
Me da todo y no me da nada.
Ella no es él.
Y nunca lo será.
Y ella es tan importante y se aleja tanto.
Pero a la vez está tan cerca.
Y a él le perdí de maneras que ni yo entiendo.
Pero ella está en todas partes tan cálida, tan latente.
Y la busco por doquier, porque no es una estrella, no es un sueño.
Porque no es lo que necesito.
Pero es ella.
Y ella es ella.
....y él se marcho, sin siquiera irse.
Y no es lo mismo y no lo será.

12/1/13

¿Qué puedo tener yo que nadie tenga?
¿Qué puedo ofrecer yo que nadie ofrezca?
¿Por qué he de despertar yo tu curiosidad?


Eres tú

Tú, tú y tú...

A veces pienso que la manera en la que nos conocimos fue tonta, e inusual. Realmente no tuvo sentido. Porque yo no llamaba la atención, y jamás esperé que me recodarás o que volvieses a hablarme, pero así fue.
De pronto estabas ahí y seguía sin importar, pero eras lindo y aparentemente confiabas en mí.
Y de pronto eras mi amigo, aunque ni yo comprendiera exactamente lo que aquello implicaba.
¿Tuve amigos antes? No sé, amigas sí, pero jamás fueron tan importantes.
Y tú eras el único y de pronto tenía un lugar en el mundo.
Un lugar en el que podía sentirme cómoda y feliz.
Y sólo los tenía a ustedes. Me esforcé, me he esforzado mucho, con ustedes, contigo.
¿Habré fallado alguna vez, luego de aquello?
No sé, espero que no. 
A ella, a ella sí que le fallé, le he fallado mucho. Soy egoísta ¿sabes?
Aunque parezcas creer que tengo las cualidades de un perro.
No las tengo. 
Y me escondo, me escondo mucho y lastimo, lastimo demasiado a quienes me quieren, a quienes quiero.
Ella solía creer que yo era una buena persona, yo solía creerlo, pero no lo soy, sólo soy yo.
A veces tengo miedo, demasiado.
A veces me asusta que descubras como soy cuando estoy...eras como mi hermanito ¿sabes?
Nunca quise que vieras mi yo asustadizo, mi yo antisocial, mi yo egoísta; pero a estas alturas debes al menos haberlos vislumbrado ¿no?
Van seis años, más o menos, desde que nos conocimos.
Tus lágrimas en algún momento calaron muy hondo, y quise consolarte, quizá ese fue mi primer error.
Yo nunca te importé demasiado y era consciente de ello, pero no importaba, porque sabía que le querías de distinta manera.
Y a todo mundo querías de distinta forma.
O quizá sólo a mí.
Soy tu amiga y sólo eso.
Tú eras mi amigo, mi hermano y...sólo eso.
Era tan cómodo todo, tan feliz.
Debería haberse quedado así.
Te quise mucho aquella vez, fue lo más tierno que he visto.
Y no llorabas por mí, llorabas por ella.
Pero era a mí a quien abrazabas y a quien le decías que no querías que "nos marcháramos", era a mí a quien no dejabas ver tu rostro. Y llorabas y fue tan dulce.
En ese momento no dolía, porque sabía que en tus palabras había algo de cierto, porque en ese momento eras mi hermanito y nada más, porque yo también te iba a extrañar. Y sabía que era ella por quien llorabas, pero no importaba.
Me dí cuenta que eramos amigos la primera vez que dolió, porque aunque dijeras que no lo eramos el dolor me decía que yo te consideraba un amigo.
Y entonces despertó aquello, y no quiero explicarlo.
Porque probablemente ya lo sabía, porque no quiero confirmar que desde el principio fuiste todo lo que quise.
Hablar de ti a todo el mundo no es del todo normal ¿o sí?
Y suelo hacerlo a menudo, hablar de otras personas, de amigos, de gente que quiero es común.
Pero era exagerado.
Y entonces apareció él y dolía.
Y es en este punto donde debo disculparme.
Porque hubo momentos en los que sólo te quería ahí para verte herido, para verte llorar, porque no quería ser la única a la que le doliera.
Y supongo que fue ahí cuando se volvió extraño.
Buscándote por doquier, ¿era eso normal?
Y luego mi hermana mayor y sus comentarios, y mi mamá  y sus comentarios y ya no sabía que pensar.
Pero en algún punto ya no era ella, y debía ser ella y no mi hermana menor quien te gustará.
Porque era aterrador, porque eras vulnerable y era enfermo pensar en que ella tuviera...en que ella...no debía suceder.
A ti no te tocaron poemas, ni uno sólo, pero sí escritos raros, aquí y allá. Y que algunos de ellos se parecieran un poco a ti.
Y luego fuimos a la feria y...¿por qué buscaba tu toque?
Y soy demasiado empalagosa y tú me abrazabas tanto y se sentía extraño.
Y luego, cuando todo terminó...¿sabes tú cuántas veces repetí aquello en mi cabeza?
Demasiadas, pero quizá ni lo recuerdes, porque después de todo fue un accidente.
Algo que no debió pasar, y esa fue primera vez que me encontré repitiendo escenas una y otra vez.
Sólo fue un accidente, como si no hubiera sucedido antes, la imagen se repitió una y otra vez.
Y empezó a doler de es manera dulce.
Un beso en la comisura de los labios.
Ahora que lo pienso es patético y aún así, esa fue la primera vez que no paré de pensarte.
Y luego volvimos a estar juntos en la escuela y ella estaba lejos, aunque estuviéramos en el mismo salón.
Pero tú estabas ahí, como si quisieras atarme a tu lado.
¿Lo lograste?
Probablemente sí.
Y ahora era mi hermana por quien te desvivías y yo te ayudaba, hasta que empezó a doler y entonces ya no quise saber nada.
Pero estaba en medio de todo.
Y era confuso, porque todos parecían ver algo que yo no.
Y no parecíamos novios, nunca lo parecimos, pero quizá...quizá un poco de eso aumento mi ilusión.
Siempre tomé todo lo que necesitaba de ti.
Yo quería enamorarme, y quizá lo logré.
Después de todo estaba bien si eras tú.
Porque eras alguien a quien quería y de quien podía tomar todo lo que quisiera, porque no ibas a herirme.
Hay muchas cosas que no sabes.
Me hacías feliz, hiciste llevadera una de las épocas más tristes de mi vida.
Y a veces no podía sonreír y tú venías y me abrazabas como si nada.
Y me dabas cosas que no sabía que necesitaba.
Lloré mucho cuando dijiste que te irías.
Pero no te fuiste, no a otra ciudad por lo menos, pero sí a otra escuela.
Y fue triste y asfixiante.
Porque estaba tan sola y tan triste.
Y luego un año sin nada.
Y venías cuando te daba la gana y me abrazabas, me tomabas de la mano y no sé en qué rayos pensaba.
¿Desde cuándo nos tocábamos tanto?
¿Cuándo demonios dejo de ser incómodo y se volvió necesario?
Me pregunto si alguien más lo notaba, porque Mi...no, debería decir nombres ¿verdad?
Él fue el único que dijo algo de aquello, y fingí no entender.
Pero era obvio a veces.
Los abrazos son peligrosos y las palabras lindas también.
Y el estar enamorado y el que seas tú.
A veces quiero ser sincera. A veces pienso en aquella vez.
Y acurrucarse no es algo que debí hacer contigo.
Pude haberte besado aquella vez, pero tenía miedo.
Y luego tenías novia y dolía.
Y entonces se vino abajo, más de lo que ya lo había hecho.
Decepción, esa palabra no la había asociado nunca contigo, pero en ese momento ya no pude hacer más.
Te tenía miedo en ese entonces.
Y supongo que fue entonces cuando sucedió aquello.
Mi examen y esos abrazos.
Y mi corazón latiendo como loco.
Y eras tú ahí escondido.
Y mi corazón latía como loco.
Nunca había pasado antes y no volvió a suceder.
Dolía, dulce y extrañamente.
Y tuve miedo de que lo escucharás.
Y entonces apareció ella.
Y ya no importa lo demás.
Me alegra verte feliz.
Me duelen tus lágrimas.
Aquella vez quise gritarte esto, pero no era el momento.
Y ella está aquí otra vez.
Y eres feliz ¿cierto?
Y ya no te acercas ¿es eso bueno?
Y ya no me acerco.
Tengo miedo, a veces.
Porque quiero algo que no debería.
Porque sólo te quiero y ya.
Porque asusta el dolor.
A veces te abrazo y todo queda en su sitio.
A veces quiero alejarme y no volver a verte.
A veces te extraño y quiero correr a ti.
Y estás lejos, y cerca.
Tanto, tanto, tanto.
Yo no elegí quererte, aunque a veces quiero pensar que sí. Pero no luché, o sí. Pero no lo suficiente, luchaba y me rendía.
Supongo que era inevitable.
Y hay muchos "Y si" en esta historia.
Y si un día despiertas y descubres que me quieres, no de la manera en que lo haces ahora.
Y si en algún momento entiendes que aquello que creías era sólo una mentira.
Y si llega el día en que...
Pero el "y si" no nos llevará a ningún lado.
A veces duele, a veces no.
Quédate lejos, por favor.
No te acerques más.
No me abraces.
No digas más cosas lindas.
Tengo miedo, de que si lo haces no podamos ser lo que somos.
Pero no sé qué eres para mí.
No me abraces, no me digas que me quieres.
No dejes que mi corazón se hinche más, porque duele.
Y eres demasiado amable como para destrozarlo.
Y es como comer miel con alambre de púas.
No quiero ser nada. Quiero que este sentimiento se vaya.
No porque esté mal, sino porque duele.
Y duele mucho.
A veces quiero decírtelo, porque muero por saber lo que dirías, pero no lo haré.
No aún.
Y espero que nunca.
Esto es muy largo y muy tonto.
Pero un día será reconfortante o amargo.
No quiero que te marches, sólo no te acerques tanto.
Sólo deja de colarte en mi corazón.
Déjame quererte mucho, pero no me quieras.