9/5/13

Sólo...

Y aquí está otra vez, asfixiante y abrumadora, desgarradora y deprimente, arrastrándola de nuevo. La voz dentro de su cabeza repite una y otra vez aquella frase, el "estás sola" y ese "no perteneces aquí" hacen eco y calan tan hondo.
Las lágrimas se deslizan por ese rostro sonriente que sólo tarda un segundo en deformarse. La boca forma una delgada línea, esa boca que hacía un segundo se curvaba hacia arriba, esa que pretendía sonreír, desganada y temblorosamente, tan hastiada.
Los ojos que pretendían mostrar un brillo que evidentemente no estaba ahí, esos ojos se ensombrecen. Vidriosos, acuosos, hinchados, rojos de tantas lágrimas, de tanto esperar. Se arremolinan tan rápidamente que apenas y puede mantener los ojos abiertos, se arremolinan tan rápidamente que no tardan ni un segundo en desbordarse.
Cada gota salada escoce y es tan fría. Una tras otra, una tras otra, ellas sólo caen.
Su boca se abre, como si le faltara el aire, y así es.
Su boca se abre, como si quisiera gritar, pero no hay grito, no hay grito. El grito se ahoga en su garganta reseca, en esa que parece querer romperse en cualquier momento.
Y llora, sólo llora.
No gime, no grita, no se queja. No puede, su voz la ha abandonado.
La ha abandonado como todos lo han hecho.
Como cree que lo han hecho.
Como siente que lo han hecho.
Aun con tantos a su alrededor, se siente tan sola. Aun con tantos diciendo lo contrario, está tan sola.
Se ha abandonado a sí misma.
Su rostro se contrae de dolor y sonríe.
El paladar se inunda de mentira, y se siente dar arcadas. Sólo hay llanto y más llanto, pero nadie a quien engañar. Nadie que pueda creer semejante mentira.
Y está tan cansada, tanto, tanto.
Se hace un ovillo y se abandona un poco más.
Se sumerge en el sueño y deja de pensar.
Huyendo de todo, huyendo de todos.
Sólo duerme y duerme.
Sólo llora y llora.

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