Y no dolió, no mucho.
Fue incómodo, aunque traté de disimular.
Presté atención.
Pero fui leída.
Fue extraño.
Fui adivinada.
Nadie lo había hecho.
Siendo casi desconocidos me interpretaron.
Fue decepcionante.
Aterrador.
Emocionante.
Parecían lejanos, pero no.
Estaban cerca, demasiado.
Fascinantes.
Se volvieron así.
Mis ojos no dejaron de mirarlos.
Me descubrieron.
No soy buena actriz.
Yo no les mostré, no tenían porque creerlo.
Pero lo hacían, lo hacen.
Soy inteligente, pero no se los mostré.
Me quede oculta, simulando ser parte del promedio.
Y lo soy, a veces.
Pero no en esa cuestión.
No soy brillante, pero me gusta.
Me gusta saber.
Y ahora quiero hacerlo.
Quiero comprender más.
Se volvieron fascinantes.
Cautivadores.
Y ya despertaban mi curiosidad.
Quiero saber.
Fui interpretada y se abrieron a mí.
Fue inesperado y extraño.
Quiero saber.
Quiero entender.
Quiero poder interpretarlos.
Quiero leerlos como hicieron conmigo.
No suelo prestar atención.
Pero estoy curiosa, demasiado.
Se acercaron mucho sin que lo esperará.
Parecían lejanos, pero no lo son.
Están cerca y asustan.
¿Soy fácil de descifrar?
Están cerca y es emocionante.
Quiero ser descubierta.
Aunque no entiendo el por qué.
Quiero conocer y ser conocida.
No me fijo en las personas, pero ellos sí.
Y despiertan mi curiosidad.
Esa que hace poco menos de un mes conseguí calmar.
Volvieron a despertarla.
Me veían como sombra, se proyectaban en mí.
Era extraño saberlo.
Pero es más extraño que me adivinaran.
Apenas parecían advertirme, pero no...
Ya llamaba su atención.
Y es extraño.
Como un libro abierto fui leída.
Y ahora quiero leerlos.
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