Tengo miedo, eso es todo. Sólo miedo. Puedo controlarlo, puedo hacerlo. Incluso si mis piernas tiemblan, incluso si mi voz se quiebra, aun si mis manos tiemblan, aunque parezca apunto de echarme a llorar, puedo controlarlo. Puedo hacerlo. Y entonces ¿por qué siento que estoy mintiendo? ¿Dónde fue la fe que tenía en mi misma? ¿Acaso jamás existió algo así?
Tengo miedo, eso es todo. Miedo a fracasar, miedo a no poder, miedo a volver a caer y no querer levantarme jamás; miedo, miedo, mi vida gira alrededor de esa maldita palabra.
¿Acaso nadie nota que estoy temblando?
Siento que me abandonaron, así como yo abandoné tantas cosas antes, pero esta vez no será así, no voy a dejar que el miedo gané, no me rendiré, me aferraré a ello porque es lo único que tengo, es lo único que me queda, por eso, con miedo o sin él, necesito hacerlo.
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